La reina mejor vestida de Asia

Fotos cortesía Museo de textiles de la reina Queen Sirikit, en Bangkok.
Las tendencias del armario real de la reina Sirikit Kitiyakara de Tailandia, terminaron por convertirse en el símbolo de la estética de la mujer tailandesa moderna. Sus ensambles recuperan la tradición de las tejedoras de seda de su país, y proponen una elegancia práctica, pero femenina; que en su época llamó la atención de los expertos del mundo de la moda.
La lista de los mejores vestidos del año de la revista Vanity Fair, en su edición de finales de 1965, sorprendió incluso a las reina Sirikit Kitiyakara de Tailandia, cuando entre los nominados encontró su nombre y fotografía. En la publicación se referían a ella como “Sirikit la agraciada”, y resaltaban la belleza de las telas de sus atuendos y su look refinado y la vanguardia, que a la vez dejaba ver rasgos de la estética de su cultura. Por el mismo hall de la fama habían pasado años antes personajes como Coco Channel, la reina Isabel II de Inglaterra, la actriz Claudette Colbert y la duquesa de Kent, entre otros.
La nominación, que la posicionó como la reina mejor vestida de Asia, era en parte el resultado de su última gira real, que duró 6 meses, por 14 países de América y Europa, entre ellos Estados Unidos; y para la cual Sirikit preparó su armario con total detalle. Al ser su primer viaje oficial al extranjero, meses antes de partir, la reina comenzó a revisar las fotografías y pinturas de damas antiguas; con el fin de encontrar elementos que le dieren luces sobre cuál era el código de vestir formal de la realeza Thai. Para su sorpresa encontró que no había ninguno en absoluto.
El guardaropas de la reina durante su gira internacional.
Fue entonces cuando le ordenó a su colaborador Thanphuying Maneerat Bunnag, buscar a los mejores historiadores y académicos del país, para encomendarles la tarea de recuperar las bases del vestido tradicional tailandés. Revisaron los archivos reales, fotografías, libros, pinturas, grabados y literatura antigua; sin embargo la investigación documental, como ya lo había comprobado antes la reina, no dio muchos resultados. La atención entonces se volcó a las tejedoras de seda de las provincias, quienes habían aprendido el arte de los textiles de sus antepasados.
Un ejercito de investigadores se desplegó por las áreas rurales del país documentando cada uno de los pasos de la producción de las hermosas telas, que hoy son tan representativas de Tailandia. Visitaron las granjas donde crecían los gusanos de seda, alimentándose solo de hojas, hasta cuando formaban sus capullos, donde se retraían para la metamorfosis, antes de convertirse en mariposas. Presenciaron luego el proceso de la obtención de la seda, y la manera en la que las mujeres la hilaban en grandes rodillos, los métodos de coloración (vegetal o animal), los patrones de los colores utilizados, las texturas del material, la calidad de la seda, las formas y diseños de los bordados, la estructura de los telares y su funcionamiento, etc.
Muestra de textiles tradicionales de Tailandia.
Cada detalle fue documentado por los investigadores reales, y las muestras fueron recogidas cuidadosamente para ser entregadas a la reina. Sirikit, impactada por los descubrimientos, visitó en persona aquellas aldeas y obtuvo de primera mano la imagen completa de cómo se vestían las mujeres en su país antes y ahora, qué tonos preferían, cómo combinaban los colores, qué aspectos de la moda tradicional todavía no había logrado sepultar la estética occidental, que como en todo el mundo, las tailandesas habían terminado por copiar de las revistas de moda y los afiches publicitarios. Incluso, terminó intercambiando con aquellas artesanas sus faldones brillantes, llenos de color, con tramas en uno de los extremos, que ellas se amarraban a la cintura (al modo de un pareo) y les llegaban hasta los tobillos. Las respuestas a sus preguntas comenzaban a ser resueltas.
No había duda de que el material en el que debían fabricarse los atuendos reales era la seda, y que debían respetarse los cortes de la falda tradicional tailandesa, con su largo hasta los tobillos. A las mujeres artesanas se les encomendó la tarea de tejer los textiles reales, siguiendo una serie de patrones de color que Sirikit, junto con su equipo de diseñadores crearon basándose en todo lo que habían visto.
Su meta era que cada uno de sus atuendos representaran la elegancia de la mujer tailandesa, que estuvieran diseñados acorde a los estilos tradicionales –para que así sus anfitriones pudieran conocer la cultura de su país– y que además fueran prácticos y versátiles para todo tipo de ocasiones. El resultado fueron 8 modelos, conocidos como los vestidos de estilo real tailandés, que hoy son utilizados por las mujeres del país.
“La popularidad del traje tailandés para damas desencadenó una nueva moda de los textiles, especialmente en lo que se refiere a la seda. Los esfuerzos realizados por su majestad, también trajeron consigo la reactivación de la joyería de Tailandia y la hicieron surgir como la creadora de tendencias de nuestros días”, asegura Archaree Chulasai, editora de los contenidos mediáticos del Museo de textiles de la reina Queen Sirikit, en Bangkok, donde hoy se encuentra la colección de ensambles que la reina llevó en su viaje por América y Europa.
Entre ellos está el Thai Ruan Ton, que es el más informal de todos los estilos; y comprende un faldón de seda bordado con líneas verticales, de colores homogéneos. La blusa, del mismo material, sin cuello, con abertura frontal, mangas hasta el codo y en un solo color, marca el corte en la cintura. O el Thai Chakkri, de los mas elegantes, cuya tela es fabricada utilizando la técnica de tejido “yok”, que crea espesor adicional, sin añadir nuevas hebras. El traje predomina por sus tonos dorados, con diseños solo en la falda y arquitectura asimétrica en la parte superior, que deja al descubierto un hombro. Tiene un acabado conocido como “pha sin”, que se traduce en una caída de tela que va desde el hombro hasta los tobillos. El corte de la cintura se marca por un cinturón decorativo, también dorado, en el que la chapa es remplazada por una joya real. Del hombro también se despliegan mas joyas y complementa el look un collar.
Las propuestas de la reina que causaron mas controversia en su país fueron aquellas que dejaban al descubierto mas piel de lo que se estaba acostumbrado. Esa fue la propuesta de Sirikit de un nuevo estilo tradicional moderno para mujeres a la vanguardia. Entre ellos está el Thai Dusit, un vestido brocado de cuello redondo y sin mangas, cuyas telas también utilizan la técnica de estilo “yok”, y que puede ser utilizado en la noche, durante ceremonias, en vez de ropa occidental
Como resultado de sus acercamientos con los artesanos y con el fin de asegurar la conservación del patrimonio textil de Tailandia, luego de su viaje Sirikit creó la Fundación SUPPORT, que desde entonces le proporciona a las tejedoras tailandesas formación, estímulos y un mercado seguro para que estas mujeres hagan de su arte una fuente de ingresos. Esa fue su manera de agradecerles a quienes inspiraron su guardarropa y la convirtieron en una de las mujeres mejor vestidas del mundo.
Artículo publicado en la Revista Exclama, todos los derechos reservados.
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