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Café de Colombia caribeño

Foto página web Hacienda La Victoria.

Con aroma a café tostado nos recibió la Hacienda La Victoria, una de las tradicionales fincas cafeteras inmersas en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta. A la entrada un letrero en madera con un “Bienvenidos, 1892”, dejaba ver que ésta era de las haciendas de vieja data, cuando Colombia se hizo famosa por la incomparable calidad de su café. Yo de haciendas cafeteras solo había oído hablar en las montañas de Antioquia, en las tierras que inspiraron el personaje de Juan Valdez. ¿Cafetales bañados con brisa del mar?, eso si que fue una sorpresa.

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Luego supe que ésta región para 2005 contribuía con un 2% aproximado de la producción de café en Colombia, y que para entonces eran 33 las haciendas ubicadas en la Sierra, o al menos eso dice un artículo publicado por la Revista Semana. La Victoria es quizá una de las mas tradicionales de Minca, un pueblito montaña arriba desde donde se ve en panorámica la ciudad de Santa Marta y al fondo el mar Caribe, a tan solo 40 minutos en carro de esta última. Llegar hasta allí es recorrer un terreno olvidado marcado por una carretera maltrecha que lleva hasta la casona de principios de siglo XX. En la actualidad mas que una gran finca cafetera, La Victoria es un museo del café en funcionamiento, en el que incluso se ofrecen visitas guiadas para los turistas por una módica suma de $10.000 pesos colombianos, unos $5 dólares.

La visita para nosotros comenzó en la sala de espera, pues había solo un guía y el tour ya había comenzado. A mi modo de ver tuvimos suerte, la sala de espera es también la sala de degustación del café y pudimos tomar unas buenas tazas antes del recorrido. El aroma ya nos tenía enloquecidos. En una de las paredes del salón se destacaban dos retratos en color sepia que nos dijeron eran de los señores de la casa, los Weber, de procedencia alemana quienes le compararon la hacienda a los primeros fundadores.

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La Hacienda La Victoria nació como The Victoria Coffee Company en 1892. Los ingleses Mr. Charles y Mrs. Alice Bowden fueron los primeros en cultivar café en estas tierras entre 800 y 1400 metros sobre el nivel del mar. Y el nombre de la finca es un homenaje a la reina Victoria, de quien eran seguidores fieles. En 1921 se traduce al español, y se convierte en la Compañía Cafetera La Victoria. Para ese entonces la finca ya producía 200.000 kilos de café anuales y estaba entre las 5 haciendas líderes del Departamento del Magdalena. En la actualidad solo hay una producción al año, de noviembre a febrero, y se recogen en promedio 120 toneladas de café.

El proceso del café

El recorrido comenzó en los contenedores a donde llegan los granos recolectados por los 120 trabajadores, que durante la temporada recorren las 190 hectáreas sembradas con cafetales. La finca, sin embargo, cuenta con un total de 700. Según nos explicó nuestra guía los granos están listos cuando se vuelven de color amarillo o rojo, y son transportados desde la zona de recolección por un sistema de “tuberías” de 23 kilómetros que mueven el café con agua. Luego pasan al proceso de pelado, que se realiza por fricción. Una vez sin la cáscara el café comienza el proceso de fermentación, que debido al clima, solo dura 24 horas. Sigue el lavado a presión, con agua cristalina directamente del río Gaira; una de las tantas fuentes de agua que baja de la Sierra Nevada de Santa Marta. Uno de los últimos pasos es la separación del café de primera, segunda y tercera calidad y finalmente el secado.

Las máquinas utilizadas en el proceso son una reliquia en funcionamiento. Tienen mas de 100 años y fueron traídas directamente de Londres, de la Jhon Gordon & Company. Cuesta trabajo imaginarse cómo las transportaron desde Europa hasta este lugar remoto de las montañas de Colombia, y mas en esa época. Cada pieza es maciza y pesada, y el proceso de transporte y ensamblaje debió ser toda una odisea. Por generaciones los empleados de la hacienda han aprendido a repararlas, y es increíble que todavía sigan en pleno funcionamiento. Como diría mi abuelo: “las cosas de antes si las hacían para TODA la vida”. Y aquí está la muestra.

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En la actualidad solo una pequeña cantidad del producto se tuesta y se empaca directamente en La Victoria. Ese es el café que se utiliza para el consumo de la hacienda y es el que se vende directamente en el lugar. El resto se saca en sacos a diferentes proveedores.

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Como era de esperarse nos llevamos unas cuantas bolsas de café a casa. Y cuando pensábamos que la visita a La Victoria había terminado, nos percatamos que en la capilla de la antigua hacienda solo quedaba la virgen entre contenedores de cerveza. Allí estaba un alemán joven, que en principio creíamos era de la descendencia de los Weber; pero que luego nos rectificó era un maestro cervecero que había llegado hace pocos meses al país, y directamente a Minca con la misión de producir cerveza al estilo alemán para una nueva cervecería artesanal que llevará el nombre de Cervecería Nevada. Sin dudarlo tomamos un vaso de su primera producción. Lo mejor de dos mundos justo ahí en La Victoria.

 

3 Responses to “Café de Colombia caribeño”

  1. Tatiana

    Hola, como puedo llegar a la hacienda La victoria desde MINCA? como los contacto para una visita?
    Gracias
    Tatiana

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  2. De cafés por Santa Marta | Ligera de equipaje

    […] La Sierra Nevada de Santa Marta ha sido históricamente una de las zonas cafeteras claves de Colombia. Aunque no tan conocida, ni turística como el Eje Cafetero, desde finales del siglo XIX y comienzos del XX aventureros extranjeros que se enamoraron de estas tierras se dedicaron a sembrar cafetales de la especie coffea arábica. Algunas de estas primeras haciendas todavía se encuentran en funcionamiento en el municipio de Minca y pueden visitarse, una de ellas es La Victoria. […]

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