Happy Yoga Day

En éste Día Internacional del yoga, una pequeña reflexión de lo que ésta práctica ha dejado para mi vida. Y tips para aquellos que quieren comenzar a explorar éste camino.
Digo que me gusta el yoga, y puedo imaginarme en la mente de mis interlocutores a mí misma en toda suerte de poses extrañas, mí misma meditando, haciendo rezos extraños y bailes al fuego. Esos mismos interlocutores llegan a mi casa y ven de reojo el Buda que compré en Homecenter, y que para mi no es mas que un recuerdo a destiempo de mi viaje por Tailandia (el Buda no me lo pude traer de allá en mi mochila de 70 litros), el ojo turco de cerámica pegado sobre la pared de la cocina hecho por los artesanos de la isla de Creta (que es mi souvenir favorito) y los cuarzos que cuelgan en el hall, y que todavía no ha descubierto mi esposo, ubicados estratégicamente para que todo el que entre a mi casa pase por debajo, (porque uno no sabe las energías con las que carga cada quien).
Todo eso sin embargo no tiene nada que ver con el yoga. Y la verdad, creo que así no hubiera descubierto ésta práctica igual me gustarían todas esas cosas, y esa estética. Para mí, yoga más que algo tan místico como algunos lo quieren hacer ver es simplemente lo que la misma palabra significa en sánscrito: UNION. Unión de mente en el presente, respiración y movimiento; de personas juntas enfocadas con un mismo objetivo, unión con la esencia de si mismo, sin otras distracciones. En definitiva es tiempo para uno mismo.
Las posturas extrañas van llegando con el tiempo, pero se requiere de mucha práctica y disciplina, con esto me refiero a pararse en el mat (o tapete de yoga) ojalá todos los días y dedicarse al menos una hora a consciencia a realizar asanas (posturas). Los mantras uno empieza a entenderlos, a conocer su historia legendaria y sus usos en la antigua India y cantarlos es una experiencia sanadora.
Ashtanga Workshop en Santa Marta con el gran Pablo Maha
Del yoga agradezco las personas a las que ha traído a mi vida; los maestros que que he conocido en esta búsqueda personal y que me han guiado en mejorar en mi práctica, cada uno con sus aportes; la rutina de levantarme antes de que salga el sol y dedicar ese primer momento del día a poner conciencia en mi respiración, en entender como está mi cuerpo ese día; la rutina de asanas del ashtanga que me ha ayudado a mejorar mi salud no solo física sino también mental y el ser consciente de la importancia de tener ese espacio personal para cultivarse a uno mismo, re conocerse, enfrentarse a los miedos, soltar, dejar fluir, desapegarse: danzar con el cuerpo con el compás de la respiración en una habitación vacía.
Como dice mi maestra de hace cinco años, Valentina Tchemodanova, una mujer con mucha fuerza y ejemplo de disciplina: “El yoga es para la vida, no la vida para el yoga”, eso nunca hay que dejarlo de lado.
Tips básicos para principiantes
- Lo primero, explora varios tipos de yoga y profesores e identifica cual funciona mejor para ti.
- No a todo el mundo le debe gustar el yoga, así que no te sientas mal si después de intentarlo un par de veces crees que no es para ti. Los mismos beneficios de ésta práctica se pueden lograr con otras disciplinas.
- El saludo al sol, en mi punto de vista, es la columna vertebral de la práctica, comienza por ahí.
- En yoga siempre se respira por la nariz (boca cerrada todo el tiempo). Es normal que al principio no puedas coordinar la respiración con el movimiento.
- Inicia la práctica con un par de respiraciones profundas para calmar la mente y termínala con una relajación de todo el cuerpo acostado boca arriba (savasana).
- Todos pueden hacer yoga, no importa la edad, el peso, la masa corporal o elasticidad.
Studios recomendados
- Santa Marta: Yogaland
- Bogota: Yoganjah y Apsara Home
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