En 2017 Ligera de Equipaje, o ya no tanto…

Hasta los viajeros más incansables sienten la necesidad,en ocasiones, de sentar raíces. Eso sucede cuando logras conectarte con un lugar que te permite seguir siendo libre, conservar tu espíritu viajero, hacer las cosas que buscabas en tus viajes y tener tiempo para que los días no parezcan una simple monotonía. La vida también se trata de descubrir, y darse cuenta de que a veces la felicidad también está en no ir a ningún lado.
En mi caso encontré mi lugar y el de mi familia a orillas del mar Caribe, en el norte de Colombia, en Santa Marta. Una ciudad con mar y montaña, ríos que bajan de una Sierra Nevada encantada por culturas indígenas milenarias. Una tierra de color, gente cordial, y días que terminan con tonos púrpuras. Donde se come pescao con guineo al desayuno y al almuerzo, y las frutas son sabrosas, y los aguacates los hay todo el año, y las alegrías se pueden comprar en forma de dulce con sabor a coco y anís, y los días de playa son cualquiera, y los buques de tierras lejanas llegan todos los días a anunciar nuevos vientos, y el azul del mar se confunde con el del cielo, y suenan las tamboras, y la gente baila en la calle, y los vecinos se conocen desde siempre, y las mochilas son de colores, y el carnaval se va tomando la vida.
Entonces, comienzas a sentirte parte de un lugar, haces un par de amigos, le das significado a los lugares que se van convirtiendo en tuyos y te das cuenta de que cada vez es más difícil partir. Y no por eso dejas de ser «ligera de equipaje», o algunos piensan que sí (lee mas al respecto en Sobre este blog), en fin, no importa. El espíritu viajero sigue, solo que se transforma. Viajar deja de ser una carrera por andar por el mundo, darle check a lejanos lugares por conocer, dejarlo todo y empacar la vida en una mochila; y se convierte en algo mas cotidiano, que no te impide tener una vida, una familia y un lugar al cual pertenecer.
El viaje es la vida misma, que se transforma y está llena de cambios constantes que te van llevando a nuevos destinos. En 2016 el viaje mas importante que hice fue a lo profundo de la existencia. Un viaje que me llevó al puerto de ser madre, una experiencia en la que me di cuenta de lo maravilloso de la vida y sus milagros, de lo trascendental que es tener un ser que crece en tus entrañas y luego sale a tus brazos para ser cobijado, alimentado y protegido por ti. Es cuando te das cuenta que el amor lo supera todo y lo puede todo, y que eres invencible con tal de que tu pequeño esté bien. Lo que importaba antes ya no es tan importante, los problemas todos tienen solución, las prioridades cambian (para bien), la familia se une entorno a esta nueva vida que llena de alegría la vida de todos y de pronto te das cuenta que nunca mas vas a estar sola, que tu familia está completa, que es la mejor aventura en la que pudiste embarcarte. Que la búsqueda terminó.
Ser padres no es renunciar a todo, es seguir con el viaje pero ahora de a tres. Es ser cada vez más tu, cada vez mejor para poderle mostrar esa cara a tu pequeño. Es saber que cada día es único, de ahí la importancia de una vez por todas de aprender a gozarse el presente. Es andar ligeros de equipaje, o ya no tanto, no importa. Lo que vale es andar, vivir, sentir, amar con todo, disfrutar la vida, el mar con sus olas, el cielo si está azul o nublado, saborear cada paso y ante todo seguir el viaje.
Y todo esto simplemente para desearles que este 2017 sea un año de viajes: a lo profundo de su ser, a sus miedos, a lugares lejanos o a sus propios países. Viajen, atrévanse, llenen su vida de historias, vuelvan sus recuerdos fotos, poemas, canciones y posts como este y nunca olviden regresar.
#Travel2017 será para Ligera de Equipaje el año de los descubrimientos. Gracias a ustedes por seguir este blog, y por acompañarme en mis redes sociales. Vienen muchas más historias por contar, ahora de a tres.
Deja una respuesta