Sharath Jois en Miami
Me tomó tiempo escribir esta entrada sobre los seis días en los que tuve la oportunidad de practicar la primera serie de ashtanga bajo la guía del propio Sharath Jois. El workshop al estilo Mysore (una ciudad en la India, que es el lugar donde ancestralmente se practica este tipo de yoga) tuvo lugar en Miami, a donde llegué con cuatro meses de embarazo, no muy segura de poder completar en su totalidad los días de práctica propuestos, llena de expectativa por poder conocer a Sharath y con el firme propósito de entender un poco mas sobre esta disciplina que llegó a mi vida hace unos años, y que poco a poco me ha ido mostrando un camino de transformación personal.
“Once you transform the whole world looks like it is transformed”: Sharath Jois.
Practicar con Sharatah para quienes hacemos este tipo de yoga es algo así como conocer a una estrella de rock y poder aprender a tocar algún instrumento bajo su guía. Algo así…aunque no exactamente.
Sharath lleva además consigo un legado familiar, es el heredero de un conocimiento ancestral que aprendió directamente de su abuelo Pattabhi Jois, estudiante de Krishnamacharya (a quien se le reconoce como el “padre” del yoga moderno), quién desarrolló el sistema ashtanga vinyasa yoga, en el que cada asana o postura viene seguida de una vinyasa.
Jois, el viejo, también creó el Ashtanga Yoga Research Institute, el único instituto autorizado para acreditar maestros en esta disciplina. La familia Jois es quien decide cuándo estas listo para convertirte en maestro, y este puede ser un camino de varios años, y varias y visitas a India. Y para ir a practicar con Sharath a Mysore, debes tener al menos 3 meses de práctica acreditados por un maestro certificado oficialmente; y quedarte al menos un mes, máximo tres. En Colombia no tenemos ninguno instructor de ashtanga certificado, de ahí mi felicidad de haber logrado un cupo en Miami.
“Transformation doesn´t have a goal. When you keep transforming, you keep changing. It just happens. Yoga keeps happening within you”: Sharath Jois.
En esos días entendí realmente el significado en sánscrito de la palabra yoga que se traduce en unión. Unión de mente y cuerpo, de respiración y movimiento, de asanas y vinyasas; pero también unión entre personas de todas las nacionalidades y lugares bajo un solo techo, con un mismo llamado. Unos mas avanzados que otros, pero al final todos unidos respirando al mismo tiempo, haciendo las mimas posturas y siguiendo la voz de Sharath que anunciaba las asanas de la Primera Serie de Ashtanga Yoga en sánscrito una tras otra durante una hora y media.
A los pocos minutos la temperatura subía en el salón en el que se acomodaron durante esos seis días más de 200 mats e, incomprensible como parezca para quienes no estuvieron allí, la energía del lugar comenzaba a elevarse, los movimientos se volvían más ligeros, la respiración fluida y la mente en total coordinación con el cuerpo. Para mí la sensación era como si comenzara a flotar de una postura a la otra, como si los demás de alguna manera me llenaran de su fuerza, me hicieran cada vez mas leve y me rodearan a mí y a mi bebe de ese manto de transformación que comenzó desde el día uno de esta experiencia reveladora.
Personalmente me encontré con un maestro humano, bondadoso, alegre y divertido. Y aunque éramos más de 200 personas en el salón, desde el primer día sentí su mano acomodando alguna de mis posturas o motivándome a intentar alguna asana nueva. “Try!, Try! Baby no problem”, me decía Sharatah.
Contrario a lo que pensaba, con cada día de práctica me sentí mas fuerte, mas llena de vida y cargada de energía, como nunca antes desde que comencé con mi embarazo. Participé de los seis días del workshop, claro con pausas y modificaciones en las asanas. Y ahora que lo miro en perspectiva este viaje no solo fue un regalo para mí misma, sino también el mejor regalo que le pude haber dado a mi bebe antes de nacer. El regalo de experimentar el bienestar a plenitud, de encontrar el tiempo para respirar, oxigenar la sangre y masajear los órganos, el regalo de buscar a dentro, de estar consciente y disfrutar del presente.
Ligera de equipaje 
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