Avanza la amenaza del Caribe

Mucho se ha hablado sobre el Pez León, originario del Indo Pacífico, que llegó a aguas caribeñas por error y que en la actualidad es considerado como una especie exótica invasora. Satanizado por muchos, éste es hoy investigado por especialistas de todo el mundo; Colombia, como el resto de la región, avanza en la construcción de herramientas para su control, manejo y monitoreo. ¿Cuál es su real amenaza?
Pareciera como si todo lo que se refiere al Pez León apuntara a peligro. De este vistoso animal se dice que es un devorador insaciable, que se reproduce a altísimas tasas, que no tiene ningún depredador en aguas caribeñas, que se encuentra distribuido desde el sudeste de los Estados Unidos hasta las Antillas Menores (se cree que puede llegar a Brasil) y que además cuenta, para su defensa, con espinas dorsales y anales venenosas. Su mala fama le ha costado que en un primer momento, cuando se comprobó que su carne era sabrosa y apta para el consumo humano, pocos se atrevieran a incluirlo en su menú. Hoy, el “Terror del Caribe” (como se le conoce popularmente) ha demostrado que para erradicarlo se necesitaría algo así como un milagro.
Pongámoslo de manera simple. Según investigaciones realizadas por científicos estadounidenses, una hembra de esta especie puede producir 30 mil huevos cada 3 días. “Incluso si somos conservadores y decimos que en Colombia una hembra produce 1 millón de huevos al año y de esos le sobreviven 100, que es un marco normal, estamos hablando de cifras muy altas, y mas si tenemos en cuenta que su único depredador somos nosotros, los seres humanos”, dice el profesor Arturo Acero de la Universidad Nacional, quien junto con otros especialistas realizó una investigación sobre el Pez León durante los años 2011 a 2013, desde banco Serrana (un atolón del mar Caribe perteneciente al Archipiélago de San Andrés, al extremo norte del país) hasta el Cabo de la Vela y el Golfo de Urabá (Sapzurro, en la frontera con Panamá).
En la isla de San Andrés, por ejemplo, se ha podido determinar que solo en los primeros 20 metros hay 1 millón de ejemplares, y que cada uno de estos come 1 gramo de alimento diario, lo que quiere decir que en solo un día se necesita una tonelada de comida para alimentar a este depredador.
¿Cuál es su real impacto en el ecosistema marino?
El profesor Acero lo explica: “Los efectos del Pez León en Colombia serán visibles en al menos una década. Lo que se presume que va a pasar es que cada vez van a haber menos peces pequeños (que son sus presas). Al reducirse las poblaciones de herbívoros, las algas van a comenzar a crecer a tasas mucho mas altas que las de los corales, haciéndoles sombra; y el coral necesita luz para poder crecer porque es mitad animal, mitad vegetal. Entonces, se va a ver afectada la calidad de los arrecifes y de los ambientes costeros”.
En la actualidad, el Pez León está presente a lo largo de toda la extensión de la costa Caribe colombiana y sus aguas insulares. Recientemente, según datos del Instituto de Investigaciones Marinas (Invemar), se corroboró su presencia en la Ciénaga Grande de Santa Marta, el ultimo lugar del Caribe colombiano que estaba considerado como libre del invasor. Este hecho demuestra, una vez mas, su capacidad de sobrevivir en todo tipo de profundidades, temperaturas y ecosistemas.
“Hay áreas que le encantan, como San Andrés, Santa Marta o Capurganá. También hemos visto muchos en el Cabo de la Vela, pero hay sitios donde hay mucho menos como en las Islas del Rosario y San Bernardo. No tenemos datos para explicar por qué, seguramente es un asunto de comida”, asegura Acero.
Los mitos
Quienes le han seguido la pista a este invasor saben que la mayoría le atribuye su dispersión en el Caribe al huracán Andrew, que azotó a la Florida a finales de agosto de 1992. La teoría dice que durante el evento se rompió una pecera que contenía 6 especímenes traídos del Indo–Pacífico como peces ornamentales, y que estos se fueron reproduciendo en el mar hasta alcanzar las tasas actuales. Esta hipótesis, sin embargo, ha sido cuestionada por la academia basándose en los resultados de estudios genéticos. El artículo científico Reconstructing the lionfish invasion: insights into Greater Caribbean biogeography de Ricardo Betancur plantea que los genes mitocondriales de las poblaciones en el Caribe están conformados por 9 variables genéticas, y que por ende el número mínimo de individuos fundadores, para explicar la diversidad genética observada, debe ser entre 8 y 12 (no 6). En el informe concluye que “cualquiera que sea el numero real de los fundadores, el vector mas factible de la invasión de Pez León es probablemente múltiples liberaciones de acuarios de peces y, posiblemente, de huevos en aguas de la Florida”.
Por otra parte, datos registrados tanto por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) como por el Programa Nacional de Santuarios Marinos de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), aseguran que el primer avistamiento confirmado de un Pez León en América se registró en 1985, en la ciudad de Dania Beach, Florida; siete años antes del huracán.
En aguas colombianas
El primero de estos individuos se registró en Colombia a finales de 2008 y fue identificado por buzos recreativos en el Parque Nacional Natural Old Providence McBean Lagoon. Para mayo del año siguiente (2009) el Pez León ya había sido visto en Bahía Granate, al interior del Parque Nacional Natural Tayrona, lo que prendió las alertas. Su presencia fue luego registrada en cercanías de isla Mangle (archipiélago de San Bernardo) en el Parque Corales el Rosario y San Bernardo y al interior del Santuario de Fauna y Flora los Flamencos (Camarones, Guajira, 2010).
Para 2010 comenzaron a tomarse las primeras medidas en el país y la región en torno a esta especie. Ese año se celebró el Primer Taller Internacional de Estrategia Regional para el Manejo del Pez León, en Cancún (México). En esa oportunidad participaron representantes de 20 países del Gran Caribe, entre ellos la Corporación para el desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina). Este encuentro proporcionó insumos para la elaboración de un manual internacional de buenas prácticas: El pez león invasor: guía para su control y manejo. “Ese mismo año Parques Nacionales Naturales sacó un primer protocolo para su captura en zonas protegidas”, explica Andrés Diavanera, Coordinador del área de Manejo y Conservación de Vida Silvestre de Parques Nacionales Naturales de Colombia.
En junio de 2012 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en conjunto con otras entidades lanzó el Plan para el Manejo y Control del Pez León Pterois volitans, en el Caribe colombiano. Y para el 20 de junio de 2013 el Ministerio expidió la Resolución 675 de 2013 que adopta el Plan de Manejo y Control para el Pez León y el Protocolo para su Captura, Extracción y Disposición Final.
En diferentes zonas del país se han realizado festivales de Pez León, en los que se incentiva su consumo mediante concursos de pesca y muestras gastronómicas. Así mismo se ha tratado de incluir a los pescadores artesanales en este proceso. Uno de los programas mas destacados es el de la Fundación Ecósfera, que trabaja con comunidades de la Guajira. “El Pez León sale de 700 a 1.100 gramos (entre 30 a 40 c.m.). A la semana se pueden sacar unos 14 kilos, en las temporadas de buceo que son de abril a mayo y de octubre a comienzos de diciembre. Nosotros le vendemos el producto a Jorge Rausch, en Bogotá. Este programa, a cambio, le ha dado un ingreso a las comunidades”, dice Francisco Reyes, Coordinador Técnico Fundación Ecósfera.
En San Andrés, Providencia y Bolívar (Cayos del Sur) se han realizado diferentes acciones entre ellas la instalación de una red de monitoreo de Pez León con 25 estaciones permanentes. “Entre agosto y diciembre de 2013 se realizaron 15 salidas de caza de control de Pez León, en las cuales se pudo observar 423 individuos, de los cuales se dio captura efectiva a 350 ejemplares utilizando artes de pesca amigables con el medio ambiente, lo cual representa aproximadamente el 83% de los observados”, explica Nacor Bolaños, Coordinador Áreas Protegidas y Proyecto Biodiversidad, Coralina.
Paralelamente, desde finales de 2010 el Invemar implementó el portal oficial de Colombia para el Pez León, que según la bióloga e investigadora del Invemar Andrea Polanco está en proceso de renovación y actualización con el fin de que sea mas interactivo. En éste se encuentran datos sobre los reportes de Pez León en el país (mapa y estadísticas) y se brinda la posibilidad a los visitantes de reportar avistamientos en la base de datos y de recibir alertas sobre su presencia en zonas específicas. Las autoridades tienen entre sus planes desarrollar una aplicación de reporte de Pez León para dispositivos móviles.
Si bien se ha podido establecer que el Pez León tiene características únicas que garantizan su éxito como invasor: está bien defendido; es muy fecundo; es un carnívoro insaciable; sus posibles depredadores son meros, pargos y tiburones, especies que en el Caribe el ser humano casi exterminó. Es cierto también que este pez, como bien lo dice el profesor Arturo Acero, se convirtió en el culpable de todos los pecados: “Y la verdad es que llevamos años pescando con dinamita, haciendo pesca de arrastre, sacando los corales para construcción, depositando nuestros desechos en el mar, etc. Si esta invasión tiene tales dimensiones, es porque la naturaleza nos está cobrando todo el daño que le hemos venido haciendo al océano”.
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