Travesía al otro lado del mundo

Ruta: Bogotá – Houston – Tokio – Bangkok. Documentos (para colombianos): pasaporte al día con al menos 6 meses de vigencia, visa de turista o de tránsito para los Estados Unidos, visa vigente para Tailandia (Bogotá cuenta con un consulado y el trámite se demora 3 días), certificado internacional válido de la vacuna de la fiebre amarilla (el tránsito en Tokio no requiere visa siempre y cuando el vuelo de conexión se tome en el mismo terminal de llegada y las maletas estén chequeadas hasta el destino final). Equipaje: depende de la aerolínea, por lo general no son mas de 25 kilos por persona, pero algunas solo admiten una maleta, hay que revisar las condiciones del tiquete.
El primer tramo nos tomó cinco horas que nos cogieron a la expectativa. Tomamos el avión en Bogotá a la 1 a.m. y vimos llegar la madrugada de ese jueves al aterrizar en Houston, donde varios viajeros ya esperaban en fila su turno para pasar por migración. Nos llamaron a la ventanilla después de una hora de espera: mostramos nuestros pasaportes, sonreímos a la cámara, dejamos registro de nuestras huellas y contestamos un par de preguntas de rutina.
En Houston pasamos cuatro horas más, que las gastamos en un desayuno reconfortante y en visitar algunas de las tiendas del aeropuerto. Llegamos a la sala de espera antes de tiempo y nos sentamos pacientes. Frente a nosotros estaba un monje budista de sotana naranja, que entre el caos del aeropuerto, parecía inmerso en sus meditaciones; y una familia de japoneses alegres que de vez en vez nos lanzaban una sonrisa.
Una vez en el avión las azafatas procedieron a hacer sus demostraciones de seguridad, primero en inglés y luego en japonés. Atravesamos el Pacífico en un total de 14 horas y media, que nos se si fue por la excitación o el cansancio parecieron una eternidad. Recorrimos el norte de los Estados Unidos hasta llegar a Canadá, volamos sobre Alaska, pasamos el estrecho de Bering, nos acercamos a Rusia y finalmente apareció Japón en el mapa. El paisaje aéreo fue fantástico. Una vez en British Columbia (Canadá) comenzaron a aparecer formaciones montañosas cubiertas de nieve inmaculada. Mas adelante, nos encontramos con la Cordillera de Alaska, en donde está el pico mas alto de América del Norte (a mas de 6.000 metros de altura), era un espectáculo de blancura que solo a nosotros parecía importarnos.
Para entonces ya no aguantábamos mas. Habíamos visto películas, leído, hablado de todo lo posible y hasta jugado juegos, y el pronostico de las horas que faltaban de viaje no era nada alentador. Salimos una y otra vez al baño, caminamos por el avión, estuvimos de pie, sentados, recostados y nada. Se nos comenzaron a dormir los pies y las manos y a doler la cabeza y las rodillas, y que decir del cuello. Simplemente no podíamos mas.
Llegamos a Tokio a las 3:45 p.m. del viernes, y tuvimos un tránsito de 2 horas y 25 minutos que utilizamos para por fin estirarnos y tratar de movernos un poco. Todavía nos faltaban otras 7 horas de vuelo. La visita al baño fue toda una experiencia cultural. Había tres tipos de retretes: el convencional que utilizamos en occidente (con cisterna), otro con bidé incorporado (al estilo del que utilizaban las abuelas antes) y el último, una especie de letrina pero en cerámica, que según Wikipedia se conoce como placa turca, y es el inodoro convencional de estilo japonés. “Parece básicamente un urinario puesto en horizontal sobre el suelo”, su modo de uso es en cuclillas. También nos llamó la atención la comida de plástico expuesta en la vitrinas, que pensé solo era de las películas.
Las últimas 7 horas pasaron literalmente en un abrir y cerrar de ojos. La mezcla del cansancio y una alta dosis de pastillas para evitar el mareo nos ayudaron a que por fin el tiempo pasara rápido. Nos despertamos en Bangkok, casi dos días después de haber comenzado la travesía y listos para esta nueva aventura en “el país de las sonrisas”.
Consejos que pueden hacer sino mas fácil, al menos más cómodo su viaje:
- Viaje con zapatos cómodos y lo mas importante, con buenas medias. Llega en un punto en que no se va aguantar los zapatos puestos y nada mejor que unas medias acolchadas que le den descanso y lo protejan del frio del aire acondicionado.
- Utilice camisas de manga larga y tenga un saco a la mano. Así su destino sea un lugar de clima caliente, en los aviones y aeropuertos siempre va a encontrase con aire acondicionado a toda potencia.
- Lleve ropa suelta. Intente estar lo mas cómodo posible.
- Tome líquido durante el viaje y evite deshidratarse.
- No viaje con botas, cinturón o con objetos en los bolsillos. Esta es la manera mas eficaz de evitar enredos en los puntos de control de seguridad.
- Si lleva computador acuérdese de que en cada punto de control deberá sacarlo de la maleta y pasarlo por separado en el escáner.
- Asegúrese de guardar sus documentos de viaje luego de presentarlos a las autoridades, y mejor si los guarda cada vez en el mismo lugar.
- Lleve consigo impreso su itinerario (vuelos, persona de contacto, dirección y teléfono donde se va a quedar). Tenga en cuenta que, por lo general, se le requerirá un tiquete de salida del país al que va a visitar. Si no tienen un itinerario definido, algunas aerolíneas venden tiquetes abiertos que dan la posibilidad de hacer cambios sobre la marcha.
- Antes de salir del avión, asegúrese de que le hayan entregado el formato para presentar en la aduana de cada país. Léalo bien y téngalo diligenciado al momento de desembarcar.
- Si tiene un vuelo de varias escalas, asegúrese de que su equipaje sea chequeado hasta el destino final. De no ser así, infórmese sobre los procedimientos a llevar a cabo.
One Response to “Travesía al otro lado del mundo”
[…] de nuestras vidas. Se puede decir que casi le dimos la vuelta al mundo; muchos de ustedes siguieron nuestra travesía en Ligera de Equipaje (todavía quedan muchas historias por escribir y sitios que poco a poco […]
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