Al estilo de la Baja California

El Mar de Cortés fue bautizado por el mismo Jacques Cousteau como el acuario mas grande del mundo. Foto: cortesía Cabo Adventures.
Los Cabos, uno de los destinos más exclusivos de México que además de sus maravillas naturales y deslumbrantes paisajes cuenta con los mejores hoteles, spas, restaurantes, canchas de golf, prestigiosos torneos de pesca y actividades diversas para disfrutar de esta península.
El lugar más representativo de Los Cabos es sin duda El Arco, una impresionante formación rocosa creada por la naturaleza, donde se encuentran el agitado Océano Pacífico y el Mar de Cortés, bautizado por el naturalista francés Jacques Cousteau como “el acuario más grande del mundo” y considerado como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco. Una maravilla natural única que en superficie ofrece asombrosas vistas y dos de las playas más hermosas de la península: la del amor, del lado del Mar de Cortés, de arena finísima y aguas calmadas, y la del divorcio, hacia el Pacífico, en donde revientan fuertemente las olas. Bajo el mar el espectáculo es aún más gratificante, dorados, atunes, peces gallo, jureles, sierras, cabrillas, peces espada, peces flauta, tortugas, tiburones y si se tiene suerte lobos marinos y ballenas jorobadas acompañan a los exploradores, entre otros. La superficie submarina, además cuenta con cascadas de arena, que se pueden observar a tan solo 15 metros de profundidad y que van hasta los 2.000 metros debajo del mar, un fenómeno único.
El Arco está ubicado en Cabo San Lucas, uno de los dos poblados de Los Cabos, y que se conoce como el lugar de la rumba: bares, casinos y discotecas son los protagonistas de la noche. En el día, en cambio, residentes y turistas disfrutan de la marina, actividades acuáticas (snorkeling, buceo, kayak, suf, windsurf, entre otros), los centros comerciales, cafés y restaurantes internacionales que ofrece este paraje. Al otro lado de la península, a tan solo 30 kilómetros, se encuentra San José del Cabo, con un aire mucho tradicional, donde se destaca su centro histórico, al “mero estilo mexicano”. Sorprende su arquitectura colonial, que se conserva desde 1730 cuando los sacerdotes jesuitas llegaron a fundarlo, en su cruzada por adoctrinar a los indios Pericues, quienes habitaron estas tierras desérticas.
En el poblado de Cabo San Juan abundan las tiendas de subvenires, que dejan al descubierto la creatividad de la cultura mexicana. Foto: Ligera de Equipaje.
El mejor momento del centro es al atardecer, justo cuando el sol comienza a esconderse, la brisa refresca el ambiente y los débiles destellos del sol siluetean las casas que conforman el poblado. Sus calles esconden prestigiosas galerías de arte, talleres de artesanos con sus trabajos en barro expuestos al público, tiendas de suvenires que ofrecen catas de tequila y restaurantes de la mejor calidad con auténtica comida californiana. Nada mejor que terminar el día en alguna de las románticas plazas, viendo la gente pasar y disfrutando de un clásico margarita de tamarindo, servido con tajín (una mezcla de sal, chile y limón).
Exclusividad y descanso
Desde una de las suites del Barceló Los Cabos Palace Deluxe Resort. Foto: Ligera de Equipaje.
“Los Cabos nace como un lugar exclusivo, un lugar para relajarse. Jhon Wayne llegaba a la marina para pescar, y hoy en día este es un destino de vacaciones para muchos artistas como por ejemplo Jennifer Aniston, George Clooney y Angelina Jolie y su familia, entre otros”, dice Eduardo Segura, director del Fideicomiso de Promoción Turística de Los Cabos (FITURCA).
Y qué mejor que estas paradisiacas playas rodeadas de hoteles de lujo para disfrutar de las costas de México. “En Los Cabos contamos con un total de 12.000 cuartos y 52 hoteles en donde reina el glamur”, dice Renato Mendoça, presidente de la Asociación de Hoteles de Los Cabos, quien además asegura que 90% de los turistas que llegan a la península vienen de Estados Unidos, y de ese porcentaje un 60% son de California. “El 10% restante es turismo canadiense y mexicano, y estamos trabajando para ampliar el mercado con Rusia, Colombia, Brasil y Australia”, afirma.
Por lo general se trata de resorts todo incluido de lujo, con vista al mar, que ofrecen espacios bien diseñados tanto al interior como al aire libre logrando un total confort para sus huéspedes. Además cuentan con parques acuáticos para niños, salas de juego, campos deportivos, en algunos casos sofisticadas canchas de golf, piscinas pensadas para cada tipo de público (niños, parejas, familias, ejecutivos, etc.), salones VIP acondicionados con todos los servicios tecnológicos y en donde incluso se ofrece el servicio de una secretaria y mayordomo, spas, varios tipos de bares y restaurantes con comida internacional del más alto nivel.
“En la actualidad la demanda turística busca este tipo de oferta en la cual se incluye el entretenimiento, comida de excelente calidad con una oferta de cocinas del mundo. Es por esto que el éxito de ello sugiere tener más y mejores restaurantes para ofrecerles a los clientes, quienes por lo general gozan de un refinado paladar y que esperan satisfacer sus más exquisitos deseos en esos días de vacaciones”, señala Hernán Vanegas, gerente general de Barceló Los Cabos Palace Deluxe Resort.
Según FITURCA, entre los hoteles más lujoso se encuentran el One&Only Palmilla, el Capella Pedregal y Las ventanas al paraíso de la cadena de lujo Rosewood Resorts. “En Los Cabos están los mejores hoteles de cada una de las cadenas”, puntualiza Segura.
De safari
Una muestra de que todo es posible en Los Cabos. Foto: cortesía Cabo Adventures.
Además de playa, sol y arena, la baja california también se caracteriza por su bosque tropical árido en donde se encuentran una gran variedad de especies del cactus, algunas de ellas consideradas como las más exóticas del mundo. El safari comienza en el rancho San Cristóbal, donde a bordo de unos jeeps se recorre parte de este ecosistema. Cuando en el panorama se divisa un gigantesco cactus, de más de 7 metros de altura, significa que es hora de comenzar la caminata ecológica. Durante el recorrido uno de los guías locales va compartiendo sus saberes sobre la fauna y flora que habita en este lugar, en el que de un lado se divisa el árido bosque seco y del otro el azul del Pacífico con sus playas de arena blanca.
Luego, nuevamente en los jeeps, se toma rumbo a la playa, en donde continúa la aventura. Allí una manada de camellos, con sus cuidadores, esperan a los turistas para darles un paseo inmemorable que termina en rancho local, donde se puede disfrutar de una auténtica comida Mexicana, con frijoles refritos, tortillas de maíz hechas a mano y todo tipo de salsas y chiles.
Este es sin duda un paraíso para el descanso, para disfrutar de la naturaleza al ritmo de la baja California, con sus sabores, atardeceres, gente, cultura multi color y oferta de lujo dispuesta a satisfacer todo tipo de necesidades.
*Artículo publicado en la revista Viajes & Turismo, todos los derechos reservados a Proyectos Semana.
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