La corriente fría de Humboldt

La sobrepesca de algunas especies, la contaminación, el desarrollo costero, los efectos del cambio climático y la explotación de recursos como el petróleo y el gas son algunas de las amenazas que enfrenta hoy el ecosistema bautizado con el nombre del naturalista prusiano, Alexander von Humboldt.
“La escasa biomasa de anchoveta genera la crisis en el sector pesquero”. La noticia fue publicada el 4 de noviembre de 2012 por uno de los diarios económicos más importantes de Perú. Por esos días el Ministerio de la Producción del país anunciaba una reducción de 68% en la cuota pesquera con relación a la temporada pasada. La razón tenía que ver con la escases de estos peces en las costas del Pacífico debido, según el Instituto del Mar del Perú, a su extracción excesiva y a la presencia de aguas calientes en la corriente de Humboldt. Meses después, el 24 de enero de 2013, las autoridades anunciaban una veda total de pesca de esta especie en algunas zonas del país y para el 30 enero el Ministerio de Producción había impuesto 39 multas por pesca ilegal de anchovetas juveniles –que no cumplían con las tallas mínimas establecidas por la ley–, con incautaciones que llegaban a las 2.000 toneladas.
En Perú la pesca de estos pequeños peces, de 20 centímetros de largo, representan el 1% del PIB del país, y se estima que al año se extraen entre 8 y 10 millones de toneladas de esta especie, convirtiendo al país en la segunda pesquería más grande del mundo, después de China. Las anchovetas, además, son la única fuente de alimento de las especies que habitan la Corriente de Humboldt, entre las que se encuentran los pingüinos de Humboldt –en peligro de extinción–, los lobos marinos, los delfines, las ballenas y las aves guaneras.
Este litoral de arenales áridos, desiertos costeros fríos y cielos cubiertos de neblinas, cuyo clima, a diferencia del resto del Pacífico, se caracteriza por ausencia de lluvias, es rico en biodiversidad marina. En sus aguas habitan 25 especies de cetáceos, 900 especies de peces marinos, 872 especies de moluscos, 296 especies de crustáceos y más de 162 especies de aves, razón por la cual es una de las 200 regiones prioritarias de conservación a nivel global por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Su riqueza se debe precisamente a las condiciones naturales que genera la corriente oceánica que el naturalista Alexander von Humboldt estudió durante su travesía por el continente y que también llamó la atención de su colega y discípulo Charles Darwin.
Aguas ricas en oxígeno
La Corriente de Humboldt comienza en la costa central de Chile y sube hacia el norte, hasta Ecuador. Consiste en una corriente marina de aguas frías y con gran cantidad de oxígeno, provenientes de la Antártida, que se origina por el ascenso de estas últimas a la superficie. Este fenómeno se asocia con el movimiento de rotación terrestre y la fuerza centrífuga de las aguas oceánicas en la zona ecuatorial. La corriente impacta tanto el ecosistema marino, como el terrestre. “Las aguas frías enfrían a su vez la atmósfera, lo que causa que el clima sea sumamente árido por la escasa evaporación de las aguas”, asegura un informe de The Nature Conservancy.
Su importancia radica en que se trata de aguas con altos niveles de nitratos y fosfatos –sustancias básicas para el mantenimiento de la vida– que, al subir a la superficie y entrar en contacto con la energía del sol, crean las condiciones necesarias para la proliferación de algas. Estas luego formarán el fitoplancton, el principal alimento de los peces pequeños. De ahí que estas costas frías del Pacífico sean especialmente ricas en recursos marinos; tanto así que la mayoría de grandes mamíferos que las habitan no deben preocuparse por migrar en búsqueda de alimento. En otras palabras podría decirse que son aguas plagadas de peces, pues tan solo representan el 1% de la superficie mundial de los océanos y producen el 10% de la captura pesquera de todo el Planeta.
Pese a que Humboldt no fue el primero en descubrir la corriente, sí fue el primero en estudiarla y en percatarse de la anomalía térmica que se origina en la zona.
Las amenazas
La sobrepesca de anchoveta y otros peces es sin duda una de las principales amenazas que enfrenta hoy el Gran Ecosistema de la Corriente de Humboldt. A esto se le suman el desarrollo costero, la contaminación de las aguas y la explotación de recursos como el petróleo. “En Chile el reciente sector de la acuicultura genera presiones –en su mayoría en las áreas de los fondos sureños– mientras en Perú los planes a gran escala para la exploración de petróleo y gas en la costa y los mega puertos planeados, constituyen amenazas emergentes”, establece el Documento del Proyecto del PNUD y los gobiernos de Chile y Perú, Hacia un manejo con enfoque ecosistémico del Gran Ecosistema Marino de la Corriente de Humboldt.
Sumado a esto están los cambios en la temperatura de las aguas causados por los fenómenos del Niño y de la Niña y los efectos del calentamiento global, que hace que las anchovetas naden a mayor profundidad imposibilitando a los pingüinos, lobos marinos, aves y demás predadores cazarlas. La utilización de redes de arrastre de fondo, que se llevan a su paso todo lo que encuentran, y de dinamita, por parte de algunas pesquerías de Perú hacen parte del desolador panorama. “Los mamíferos marinos y las tortugas son atrapadas incidentalmente por redes de enmalle y pesca de pelangre a lo largo de Perú y Chile”, asegura el informe de PNUD.
Las metas
En la actualidad, los gobiernos de Chile y Perú trabajan de manera mancomunada para proteger este ecosistema rico en vida marina. Las metas para 2016 incluyen la formulación e implementación de un plan de manejo coordinado entre los dos países para el manejo de las pesquerías, el aumento en las áreas de protección de la costa tanto chilena como peruana y el aumento de pesquerías certificadas ambientalmente, entre otros. Algunos de los avances que se han generado en este aspecto incluyen la declaración oficial, por parte del gobierno de Perú, en 2009, de la Reserva Nacional Islas y Puntas Guaneras –que incluye 22 islas e islotes y 11 puntas a lo largo de la costa peruana–, y la implementación de anzuelos curvos para la pesca de pez espada en Chile, para evitar la pesca accidental de tortugas marinas.
Tal vez sea momento de recordar la importancia de este ecosistema que tanto llamó la atención del naturalista prusiano y cuyas impresiones quedaron grabadas en Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, una de sus primeras obras: “Así como los navegantes europeos conocían durante siglos la existencia y el curso general de la corriente del Golfo sin darse cuenta de la temperatura, así también se había observado en el Mar del Sur, desde los primeros tiempos en que se inició el tráfico entre Chile, Lima y Guayaquil, la existencia de una gran corriente marítima que se desplaza del Sur hacia el Norte y Nornoroeste. Sin embargo, a mi llegada al litoral del Pacífico se ignoraba en absoluto la baja temperatura de esta corriente marítima y su gran influencia sobre el clima fresco de las costas peruanas, atribuyéndose esta característica a la cercanía de las cordilleras cubiertas de nieve”.
*Artículo publicado en Avianca en Revista, edición 96, todos los derechos reservados a Proyectos Semana. Fotos: Ligera de Equipaje.
2 Responses to “La corriente fría de Humboldt”
¡Excelente artículo Cami!
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gracias me sirvió de mucho
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