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Guarderías de coral

Están ubicadas a pocos metros de profundidad. Le brindan las condiciones necesarias a estas especies para reproducirse y así formar nuevos arrecifes. Estas estaciones parecen ser una solución efectiva para recuperar el ecosistema marino.

A comienzos de los 80, un extraño fenómeno comenzó a evidenciarse en el océano. Biólogos marinos y buzos aseguraban que los corales habían cambiado de apariencia, perdiendo sus llamativos colores y tornándose de un blanco inmaculado. Los arrecifes, en vez de lugares llenos de vida, eran algo más parecido a un cementerio de momias embalsamadas. Esa fue la primera vez que se registraron eventos de blanqueamiento de coral en casi todas las zonas de arrecife del mundo.

Tras estudiar diferentes zonas y especies, los científicos concluyeron que el incremento en la temperatura de las aguas genera condiciones de estrés en estos organismos que los lleva a expulsar las microalgas que viven en su estructura, responsables de su color. Estas se conocen como zooxantelas y viven en simbiosis con los corales proporcionándoles, además, nutrientes en forma de oxigeno y moléculas orgánicas. Se estima que 90% de la energía de los corales es proporcionada por esta alga, y que si el estrés continúa por tres semanas continuas, lo más probable es que el coral blanqueado muera.

CORAL3Este fenómeno prendió las alertas sobre la vulnerabilidad de los sistemas de arrecifes de coral y las diferentes amenazas que enfrentan, a las que además de los efectos del calentamiento global –como el blanquimiento o la acidez de las aguas–, se suman la deforestación, la utilización de métodos de pesca de arrastre y la explotación de estas especies como materia prima para materiales de construcción, medicamentos, productos cosméticos y joyería.

Con el fin de contrarrestar la pérdida de corales, científicos, biólogos y buzos profesionales alrededor del mundo llevan a cabo proyectos de restauración conocidos como guarderías de coral que buscan replobar las profundidades del mar.

El método

Como si fueran pequeñas crías, los fragmentos vivos de coral desprendidos de arrecifes son recogidos del fondo del océano y dispuestos en estructuras flotantes, a pocos metros de profundidad de la superficie, donde todavía llega el sol. Allí se les suministran todas las condiciones necesarias para que crezcan y son monitoreados hasta el día en el que, finalmente, se trasplantan en arrecifes degradados.

coral4“Aprovechamos la característica de los corales de propagación asexual, reproducción de un individuo nuevo a partir de un pedazo de otro. Tomamos fragmentos de corales, de más o menos 20 centímetros cada uno, los sembramos en un sustrato duro –puede ser cemento o plástico–, y esto es lo que colocamos sobre las bandejas de la guardería”, explica Nuphar Charuvi, director del proyecto de la guardería de coral del Parque Tayrona, liderado y desarrollado por el Parque Nacional Natural Tayrona,  la Universidad Jorge Tadeo Lozano, el centro de buceo Calipso y la fundación Calipso C-force y que cuenta con el apoyo de voluntarios como lo son estudiantes de biología marina de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y buzos investigadores.

Parece una tarea sencilla, pero múltiples factores inciden en el éxito de las guarderías: La especie, el nivel de contaminación de las aguas, el cambio de temperatura, las tormentas y los predadores. Eso sin contar que, en promedio, solo 5% de los fragmentos logra sobrevivir. Así mismo, existen diferentes tipos de guarderías, cada diferentes métodos de propagación, fabricadas con materiales diversos como alambre, cuerdas, plataformas de bloque de concreto, entre otros.

En el Caribe existen cerca de 60 proyectos de este tipo, situados en 14 países. Las principales guarderías están ubicadas en Florida, Puerto Rico, Jamaica, Honduras, México, Honduras, entre otros, (ver mapa). En la isla de Utila, por ejemplo, desde hace siete años se trabaja en un proyecto de guardería que cubre 500 metros lineales y que cuenta con una tasa de supervivencia de 50%. Y en la municipalidad de Bolinao, Filipinas, buzos locales han colaborado voluntariamente con la plantación de nuevos corales, regenerando un total de 1.200 m2 de superficie marina.

CORAL2Se estima que 15% de los arrecifes del mundo se encuentran en estado crítico, con pérdida posible dentro de los próximos 10 a 20 años, y 20% están seriamente amenazados, con pérdida predecible de 20 a 40 años. Además desde 1950, el mundo ha perdido 25% del área original ocupada por los arrecifes coralinos –en la Gran Barrera, por ejemplo, se ha reducido 50% su población coralina en los últimos 27 años–, así lo asegura el último informe del Estado de los Arrecifes Coralinos en el Mundo, liderado por el Global Coral Reef Monitoring Network, entre otras entidades.

El primer proyecto exitoso de conservación de este tipo tuvo lugar en el Mar Rojo, en los 90. El método fue adaptado de un sistema de silvicultura terrestre y fue la primera iniciativa enfocada a restaurar ecológica y biológicamente la función de los arrecifes de coral. “Está demostrado que estas especies no pueden restaurarse por sí mismas, de manera natural, por eso es necesaria la intervención humana”, concluye un informe sobre restauración de corales, publicado en el boletín de ciencias marinas de la Universidad de Miami.

*Artículo publicado en Avianca en revista, todos los derechos reservados a Proyectos Semana. Fotos cortesía Fundación Calipso.

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