Aguas ácidas

El aumento de emisiones de CO2 no sólo ha terminado por calentar el planeta sino que también ha llevado a que la acidez del océano aumente, convirtiéndose en un ecosistema cada vez menos apto para la sobre vivencia de las especies marinas. Se estima que, de seguir así, en un siglo las profundidades del mar estarán desiertas.
Los resultados de un estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Chicago parecen el guión de una película de Hollywood sobre el fin del mundo, sólo que en este caso es real. Para el 2100 los niveles de acidez de las aguas marinas serán tan elevados que harán imposible la sobre vivencia de muchas de las especies marinas que hoy habitan las profundidades del océano, generando una extinción masiva de animales y plantas.
Algo así como lo que ocurrió hace unos 56 millones de años cuando desaparecieron de la faz de la tierra los dinosaurios y miles de otras especies del Paleoceno, sólo que en este caso los responsables del exceso de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera son los seres humanos y no la explosión de un cometa o las constantes erupciones volcánicas.
La acidez de las aguas marinas avanza tan rápido que se estima que desde el inicio de la Revolución Industrial el océano ha absorbido cerca de un cuarto del CO2 producido por la quema de combustibles fósiles. Esto, como resultado, la acidez del mar ha aumentado en un 32% comparado con la época preindustrial. Así mismo, los científicos estiman que de seguir así para 2100 los niveles de acidez en las aguas aumentarán en un 130%.
“La quema de combustibles fósiles ha liberado más de 300.000 millones de toneladas de carbono desde el siglo XVIII, probablemente menos de la décima parte de lo que aún está en el suelo. Quizá habrá un estallido de innovación evolutiva como el que dio lugar a nuestros ancestros primates; pero, quizá esta vez, con todas las demás presiones que sufren las especies, sí haya extinciones masivas”, aseguró Philip Gingerich, paleontólogo de vertebrados, para National Geographic.
Osteoporosis oceánica
El calentamiento global fue la primera consecuencia visible del exceso de emisiones de CO2 en el planeta. Sin embargo, nadie se preguntó qué efectos tendrían estos gases contaminantes en el océano y sus especies. Hoy en día se ha comprobado que cuando el dióxido de carbono atmosférico se disuelve en el agua se transforma en ácido carbónico, un componente que aumenta la acidez del mar y vuelve las aguas más corrosivas. En altas cantidades esta sustancia disuelve las conchas de los moluscos y los caparazones de los crustáceos y así mismo afecta a los organismos cuyos esqueletos están conformados por carbonato de calcio, como los corales.
Es por eso que la acidificación del océano también es conocida como una osteoporosis global, una plaga que se expande rápidamente por la aguas marinas y que ya tiene sus impactos en algunos moluscos. En el estudio realizado por los científicos de la Universidad de Chicago se pudo comprobar, por ejemplo, que las conchas han perdido entre un 30% y 35% de su masa corporal en comparación con ejemplares recolectados antes del periodo industrial.
Así mismo, los pronósticos para el futuro marino no son nada alentadores. En la costa norte de California las aguas ya han llegado a un nivel de acidez tal que están disolviendo las conchas de los moluscos más pequeños –que son la base de la cadena alimenticia– y se estima que para la mitad del siglo los arrecifes de coral dejarán de crecer e incluso comenzarán a disolverse. En el caso del Ártico las aguas llegarán a su punto máximo de acidez en apenas décadas.
Las alternativas para disminuir los efectos de la acidez del mar incluyen la implementación de proyectos gubernamentales que fortalezcan la pesca artesanal sobre la industrial, protejan las áreas marinas y reestablezcan los ecosistemas. Así mismo, es clave que el mundo se vuelque hacia medios de producción de combustibles limpios que ayuden a reducir las indiscriminadas emisiones de CO2. De lo contrario,los patrones de vida en la Tierra cambiarán por completo.
*Publicado en Avianca en revista, todos los derechos reservados a Proyectos Semana.
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