El inventor de ciudades modernas
El arquitecto suizo Charles Edouard Jeanneret Gris, más conocido como Le Corbusier, llegó a Bogotá finalizando los años 50, sin embargo sus propuestas urbanísticas fueron tan revolucionarias que solo quedaron en planos.
Cuando Le Corbusier llegó por primera vez a Bogotá, en 1947, se encontró con una pequeña aldea de no más de 600.000 habitantes, que apenas dejaba atrás sus tradicional modelo colonial de barrios construidos en cuadrícula alrededor de una plaza central. Para ese entonces el arquitecto suizo era uno reconocido urbanista y había asistido varias veces como invitado a los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna.
Su visión de la planeación de la ciudades suponía dejar atrás todos los esquemas tradicionales, lo viejo, y darle paso a la modernidad con avenidas rectas que atravesaran la urbe de norte a sur y de oriente a occidente, donde además se proyectaran altos edificios separados por zonas verdes, vías discriminadas según velocidades, parques lineales y zonas de vivienda en el sector de los cerros.
Esta fue precisamente su propuesta para Bogotá, que se convirtió en el primer plan urbanístico para la capital, en el que entre sus proyectos estaba distribuir la ciudad por zonas delimitadas (zona residencial, zona industrial, zona de recreación, zona de trabajo, etc.) y organizar la circulación peatonal y vehicular en siete tipos de vías diferenciadas por las velocidades de circulación.
Una de sus propuestas más revolucionarias era la de pensar las edificaciones desde su funcionalidad y no desde la estética, como era tradición . En este sentido, Le Corbuiser propone la creación de un tipo de vivienda industrial, para las clases trabajadoras y medias, en el que se construyan edificios altos, sin ornamentos, con moldes iguales y altamente funcionales. “Es necesario actuar contra la vivienda antigua, que empleaba mal el espacio. Hace falta considerar la vivienda como una máquina para habitar o como un objeto útil», exponía el mismo Le Corbusier.
En su Plan Director también plantea la construcción de un Centro Cívico, que por primera vez propone la creación de un espacio en la ciudad en donde confluyan varios tipos de usos (administrativo y de gestión, comercial, recreacional, de trabajo), concepto que hoy es conocido entre los urbanistas como la ciudad dentro de la ciudad.
Sus planteamientos fueron criticados por muchos, fue tildado de loco y al final la sociedad santafereña terminó satanizando sus propuestas, las cuales nunca fueron puestas en marcha. Sin embargo, lo cierto es que Le Corbusier fue el primero en tomarse el trabajo de pensar a Santa Fe como un centro urbano y planear su desarrollo en el futuro. El arquitecto analizó sus formas, estilos, trazados, distribución espacial y fue pionero en imaginarse la metrópoli de casi siete millones de habitantes que es hoy Bogotá.
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